Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; y tú perdonaste la maldad de mi pecado (v. 5). Cuando era adolescente, invité a una amiga a mirar una tienda de souvenirs cerca de mi casa. Pero ella me horrorizó al meterme un puñado de broches para el cabello en el bolsillo y sacarme del negocio sin pagar. […]