Después de que me despidieron de un trabajo editorial, le pedí a Dios que me ayudara a encontrar otro. Pero, cuando pasaban las semanas y nada daba fruto, empecé a hacer pucheros. «¿No sabes lo importante que es para mí tener trabajo?», protesté ante Dios, por lo que parecía ser una oración desatendida.

Cuando hablé con mi padre, quien solía recordarme que creyera en las promesas de Dios, me dijo, respecto a mi situación laboral: «Quiero que llegues al punto en que puedas confiar en lo que Dios dice».

El consejo de mi padre me recuerda Proverbios 3, que incluye un consejo sabio de un padre a un hijo amado. Este pasaje conocido se aplicaba especialmente a mi situación: «Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas» (Proverbios 3:5-6). «Enderezará tus veredas» significa que Dios nos guiará hacia sus objetivos para nuestro crecimiento. Su meta es que me parezca más a Él.

Esto no significa que las sendas que el Señor escoja serán fáciles, pero yo puedo decidir confiar en que su dirección y sus tiempos son para mi beneficio.

¿Estás esperando una respuesta de Dios? Decide acercarte a Él y confía en que te guiará.