No que nos sintamos bien

La escritura de hoy:

Daniel iba en su motocicleta cuando un auto lo embistió y lo arrojó hacia el tráfico que venía en dirección contraria. Dos semanas después, cuando se despertó, estaba «hecho polvo». Una lesión en la columna vertebral lo había dejado parapléjico. Oró por sanidad, pero nunca ocurrió. Cree que Dios, en su compasión, le ha enseñado que «el propósito de esta vida es ser conformados a la imagen de Cristo. Lamentablemente, eso no ocurre cuando todo es color de rosa, sino […] cuando la vida es dura; cuando somos obligados a depender de Dios en oración para simplemente llegar al final del día».

El apóstol Pablo explicó dos beneficios de estar bien con Dios: perseverar y regocijarse en el sufrimiento (Romanos 5:3-4). No es un llamado a soportar el sufrimiento estoicamente o disfrutar del dolor; es una invitación a confiar firmemente en Dios. El sufrimiento sumado a Cristo desarrolla «paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza» (vv. 3-4). Todo surge de creer que Dios no nos abandonará, sino que caminará con nosotros a través del fuego y en el futuro.

Dios calma nuestro dolor y nos ayuda a crecer en Él. No consideremos las aflicciones un castigo sino su manera de fortalecer nuestro carácter y experimentar su amor «derramado en nuestros corazones» (v. 5).

De:  Marvin Williams

Reflexiona y ora

¿Qué tiene que cambiar en tu corazón y mente para manejar el sufrimiento con la fortaleza de Jesús? ¿Cómo atravesarás con gozo los desafíos de esta semana?
Señor, que encuentre gozo y esperanza en ti.

0 Comentarios

Añadir Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *