Pregúntale a quien tenga uno

 

La escritura de hoy:

A principios del siglo xx, la compañía automotriz Packard creó un eslogan para atraer compradores. «Pregúntale a quien tenga uno» se convirtió en un lema poderoso, el cual contribuyó a que la empresa se destacara por fabricar el mejor vehículo de lujo de aquella época. Al parecer, Packard entendía que el testimonio personal impacta en el oyente: la satisfacción de un amigo con un producto es una promoción eficaz.

Compartir a otros nuestras experiencias de la bondad de Dios también produce un impacto. El Señor nos invita a declarar nuestra gratitud y gozo no solo a Él, sino también a quienes nos rodean (Salmo 66:1). El salmista compartió con entusiasmo sobre el perdón que recibió de Dios cuando él se alejó de sus pecados (vv. 18-20).

Dios ha hecho cosas maravillosas en el curso de la historia —como dividir las aguas del Mar Rojo (v. 6)— y también las hace en nuestras vidas: nos da esperanza en medio del sufrimiento, nos guía por el Espíritu para entender su Palabra y suple todas nuestras necesidades. Cuando compartimos nuestras experiencias personales sobre la obra de Dios en nosotros, estamos haciendo algo mucho más importante que promocionar un producto; estamos reconociendo la bondad del Señor y alentando a otros en el camino de la vida.

De:  Kirsten Holmberg

Reflexiona y ora

Dios, ayúdame a declarar la forma maravillosa en que obras en mi vida.
¿A quién puedes contarle de la obra de Dios en tu vida? ¿Qué historia puedes compartir?

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