La llaman «La huella del diablo». Es una impresión con forma de pie sobre el granito en una colina junto a una iglesia en Massachusetts. Según la leyenda local, la «huella» apareció un día otoñal en 1740, cuando el evangelista George Whitefield predicó con tal poder que el diablo saltó del campanario de la iglesia y aterrizó sobre la roca al huir del pueblo.

Aunque es solo una leyenda, nos recuerda una verdad alentadora de la Palabra de Dios. Santiago 4:7 declara: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros».

Dios nos ha dado la fortaleza que necesitamos para resistir frente a nuestro adversario y la tentación. La Biblia afirma que «el pecado no se enseñoreará de [nosotros]» (Romanos 6:14) por la amorosa gracia de Dios mediante Jesucristo. Cuando corremos a Jesús frente a la tentación, Él nos permite permanecer firmes con su fuerza. Nada que enfrentemos en esta vida puede superarlo porque Él ha «vencido al mundo» (Juan 16:33).

Al someternos a nuestro Salvador, rindiéndole nuestra voluntad y caminando en obediencia a la Palabra de Dios, Él nos ayuda. Cuando cedemos a lo que Él quiere en lugar de a la tentación, el Señor puede pelear nuestras batallas. En Él, podemos vencer.