El Año Nuevo chino está ligado al calendario lunar. Generalmente entre finales de enero y mediados de febrero, las reuniones familiares incluyen algunas tradiciones muy significativas. Comprar y donar ropa nueva, limpiar a fondo la casa y saldar deudas nos recuerdan que dejamos el pasado atrás y comenzamos el nuevo año con borrón y cuenta nueva.
Estas tradiciones también me recuerdan nuestra nueva vida en Cristo. Independientemente de lo que hayamos sido o hecho, podemos dejar todo atrás. Dejar de revolver el pasado y de sentirnos culpables, sabiendo que estamos completamente perdonados por la muerte de Jesús en la cruz. Y podemos comenzar de nuevo, descansando en la obra del Espíritu Santo para que nos transforme diariamente y seamos más semejantes a Cristo.
Por eso, Pablo les recuerda a los creyentes: «las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas» (2 Corintios 5:17). Y nosotros también podemos decirlo porque Dios nos reconcilió consigo por Cristo y ya no considera nuestros pecados en nuestra contra (v. 19).
Tal vez otros no quieran olvidar nuestro pasado, pero a los ojos de Dios, ya no somos condenados (Romanos 8:1). Pablo lo señala: «Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?» (v. 31). Disfrutemos el nuevo comienzo que tenemos en Cristo.
Reflexiona y ora
0 Comentarios