«¿Cómo te amo? Déjame contar las formas». Estas palabras de Sonetos del portugués, de Elizabeth Barrett Browning, están entre las poesías más conocidas del idioma inglés. Se las escribió a su esposo antes de casarse, y él quedó tan conmovido que la alentó a publicar toda su colección de poemas. Pero como el lenguaje era tan tierno, por un deseo de privacidad, ella los publicó como si hubiesen sido escritos por un autor portugués y traducidos.
A veces, podemos sentirnos incómodos al expresar abiertamente el afecto por otros. Pero la Biblia no se retrae al presentar el amor de Dios. Jeremías relató el afecto de Dios por su pueblo con estas tiernas palabras: «Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia» (Jeremías 31:3). Aunque se habían alejado de Él, prometió restaurarlos y volver a acercarlos personalmente, diciendo: «al pueblo de Israel le daré descanso» (v. 2 NTV).
Jesús es la expresión suprema del amor restaurador de Dios, que da paz y reposo a todo el que acude a Él. Desde el pesebre, pasando por la cruz y en la tumba vacía, Él es la personificación del deseo de Dios de atraer al mundo para sí. Lee la Biblia de principio a fin y «contarás las formas» del amor de Dios una y otra vez; pero como son eternas, nunca podrás enumerarlas.
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