Cuando un examen médico tras otro llenó la agenda de Bev, su preocupación y agotamiento fueron aumentando. Se alarmó cuando los médicos le dijeron que estaban buscando un cáncer en alguna parte de su cuerpo. Cada día, cuando oraba o leía la Biblia, Dios la alentaba con las promesas de su presencia y paz. Una mañana, se cruzó con un versículo en Éxodo 23, que saltó de la hoja a su corazón antes de una cirugía importante: «He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino» (v. 20).

Esas palabras las dijo Dios a través de Moisés a su pueblo, los israelitas. Les estaba dando leyes para que obedecieran y guiándolos a una tierra nueva (vv. 14-19). Pero en el medio de todas esas instrucciones, les dijo que enviaría un ángel delante de ellos para que los guardara en el camino. Aunque este no era el caso en la vida de Bev, recordó que el cuidado de parte de los ángeles se menciona también en otras partes de las Escrituras. El Salmo 91:11 dice: «Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos». Y Hebreos 1:14 nos dice que Dios envía ángeles como «espíritus ministradores» para servir a los creyentes en Jesús.

Si conocemos a Cristo, Él tiene un ángel o ángeles cerca de nosotros para que nos sirvan también.