Consagrado a Cristo por completo

La escritura de hoy :

En 1920, John Sung, el sexto hijo de una pastor chino, recibió una beca para estudiar en los Estados Unidos. Se graduó con las mejores calificaciones, completó una maestría y obtuvo un doctorado. Pero mientras estudiaba, se alejó de Dios. Hasta que una noche, en 1927, entregó su vida a Cristo y sintió el llamado a predicar.

En China le aguardaban muchas oportunidades altamente beneficiosas, pero en el barco de regreso, el Espíritu Santo lo convenció de dejar de lado sus ambiciones. Como muestra de su compromiso, arrojó todos sus títulos al mar, guardando solo el certificado del doctorado, para entregarles a sus padres por respeto.

John Sung entendió lo que Jesús dijo sobre convertirse en su discípulo: «¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?» (Marcos 8:36). Negarnos a nosotros mismos y dejar nuestra antigua vida para seguir a Cristo (vv. 34-35) quizá implique sacrificar los deseos personales y las ganancias materiales que puedan distraernos.

Durante los doce años siguientes, John llevó a cabo de todo corazón la misión que Dios le había dado, predicando el evangelio a miles y miles en toda China y el sur de Asia. ¿Y nosotros? Sea donde sea que Dios nos llame a servir, aunque no seamos predicadores ni misioneros, consagrémonos por completo a Él.

De:  Jasmine Goh

Reflexiona y ora

¿Qué necesitas consagrar a Cristo para eguirlo de verdad? ¿A qué ambiciones personales podrías estar aferrándote?
Padre, me consagro por entero a ti.

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