La escritura de hoy :
Kathryn traduce la Biblia por amor a Dios y a las personas. Se regocija cuando las mujeres de la India entienden más profundamente las Escrituras al leerlas en su lengua nativa. Señala que, cuando lo hacen, «suelen empezar a festejar y aplaudir. Leen sobre Jesús y dicen: “¡Qué maravilloso!”».
Kathryn anhela que más personas lean la Biblia en su propio idioma, por eso guarda cerca de su corazón la visión del anciano Juan en la isla de Patmos. En el Espíritu, Dios lo llevó ante el trono del cielo, donde vio «una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero» (Apocalipsis 7:9). Juntos adoraban a Dios, diciendo: «La salvación pertenece a nuestro Dios» (v. 10).
Dios sigue sumando al gran número de personas que lo alaban. No solo usa el trabajo de los traductores de la Biblia y los que oran por ellos, sino también a aquellos que les comparten a sus vecinos la buena noticia de Jesús. Podemos gozarnos en esta misión y maravillarnos al ver cómo Dios incentiva a más personas a adorar con los ángeles, diciendo: «La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos» (v. 12).
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