La presencia de Dios ahora y siempre

La escritura de hoy :

Mónica estaba luchando. Tenía amigos que eran creyentes en Jesús, y respetaba su manera de manejar las luchas de la vida. Incluso les tenía un poco de celos. Pero no creía que pudiera vivir como ellos; pensaba que tener fe en Cristo era seguir reglas. Por fin, una compañera de estudios la ayudó a ver que Dios no quería arruinar su vida, sino que deseaba lo mejor para ella en medio de sus vaivenes. Cuando entendió esto, estuvo dispuesta a aceptar a Jesús como su Salvador y abrazó la magnífica verdad del amor de Dios por ella.

El rey Salomón podría haberle dado a Mónica un consejo similar. Reconocía que este mundo tiene sus tristezas; que de verdad, «todo tiene su tiempo» (Eclesiastés 3:1): «tiempo de endechar, y tiempo de bailar» (v. 4). Pero no termina ahí. Dios «ha puesto eternidad en el corazón [humano]» (v. 11). Una eternidad para vivir en su presencia.

Cuando Mónica confió en Jesús, obtuvo vida «en abundancia», como dijo Él (Juan 10:10). ¡Pero ganó mucho más! Por la fe, la eternidad en su corazón se convirtió en la promesa de un futuro en el cual las luchas de la vida se olvidarán (Isaías 65:17) y la gloriosa presencia de Dios será una realidad para siempre.

De:  Dave Branon

Reflexiona y ora

¿Alguna vez has experimentado la vida plena y abundante que ofrece Jesús? ¿De qué cosas estás agradecido de tu vida en Él?
Querido Jesús, Salomón tenía razón. La vida es una montaña rusa. Gracias por hacerla valiosa y digna de vivirla. Y gracias por el gozo eterno que nos aguarda.

0 Comentarios

Añadir Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *