Se venden unas diez piezas de Lego por persona en el mundo por año: más de 75.000 millones de pequeños bloques plásticos. Pero de no ser por la perseverancia del juguetero danés Ole Kirk Christiansen, no habría Legos para anclar.
Christiansen trabajó duro durante décadas antes de crear Leg Godt, que significa «jugar bien». Su taller se incendió dos veces y fue a la bancarrota durante una guerra que generó escasez de materiales. Por fin, a finales de la década de 1940, tuvo la idea de los bloques plásticos de autoanclaje. Cuando murió, en 1958, los Legos ya casi eran famosos.
Perseverar ante los desafíos laborales y de la vida puede ser difícil. Esto también es cierto en nuestra vida espiritual, al esforzarnos para parecernos más a Jesús. Frente a los problemas, necesitamos la fortaleza de Dios para seguir. Santiago escribió: «Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba» (Santiago 1:12 RVA-2015). A veces, las pruebas pueden ser relacionales, financieras o de salud, o tentaciones que obstaculizan nuestra meta de honrar a Dios.
Pero Dios promete darnos sabiduría para esos momentos (v. 5), y nos pide que confiemos en que proveerá lo que necesitemos (v. 6). Cuando le permitimos ayudarnos a perseverar espiritualmente, hallamos verdadera bendición (v. 12).

0 Comentarios