¡No soy nadie! ¿Quién eres tú?

La escritura de hoy :

En un poema que comienza diciendo: «¡No soy nadie! ¿Quién eres tú?», Emily Dickinson desafía en broma todo el esfuerzo que la gente tiende a hacer para ser «alguien», mientras defiende la alegre libertad del anonimato. Porque: «¡Qué terrible ser alguien! / ¡Cuán vulgar, como una rana, / repetir tu nombre todo el santo día / ante un charco que te admira!».

Encontrar libertad en despojarse de la necesidad de ser «alguien» evoca el testimonio del apóstol Pablo. Antes de encontrarse con Cristo, tenía una larga lista de credenciales religiosas aparentemente impresionante, supuestas razones «para confiar en la carne» (Filipenses 3:4).

Pero el encuentro con Jesús cambió todo. Cuando Pablo vio lo vacíos que eran sus logros religiosos a la luz del amor sacrificial de Cristo, confesó: «estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, […], y [las] tengo por basura, para ganar a Cristo» (v. 8). La única ambición que le quedaba era «conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte» (v. 10).

Es realmente terrible intentar uno mismo ser «alguien». Pero conocer a Jesús, perdiéndonos en su amor y vida, es volver a encontrarnos… finalmente libres y plenos.

De:  MLR

Reflexiona y ora

¿Cuándo te sentiste libre de buscar tu valía en los logros o en otras personas? ¿Cómo estar «en Cristo» te libera del orgullo y el autodesprecio?
Dios, gracias porque no necesito ser «alguien».

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