En su impactante artículo «¿Mi hijo te conoce?», el periodista deportivo Jonathan Tjarks escribió sobre su batalla contra un cáncer terminal y su deseo de que otros cuidaran bien a su esposa y su pequeño hijo. Con 34 años de edad, lo escribió solo seis meses antes de morir. Tjarks, creyente en Jesús, compartió pasajes bíblicos que hablan del cuidado de Dios por las viudas y los huérfanos (Éxodo 22:22; Isaías 1:17; Santiago 1:27). Y a sus amigos les escribió: «Cuando te vea en el cielo, una sola cosa voy a preguntar: “¿Fuiste bueno con mi hijo y mi esposa? […]. ¿Mi hijo te conoce?”».
El rey David preguntó: «¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?» (2 Samuel 9:1). Un hijo de Jonatán, Mefi-boset, que era «lisiado de los pies» (v. 3), fue llevado ante el rey, el cual dijo: «yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa» (9:7). David le mostró un cuidado amoroso; y es probable que, con el tiempo, Mefi-boset llegó a conocerlo de verdad (ver 19:24-30).
Jesús nos llamó a amar a otros como Él nos ama (Juan 13:34). Mientras Dios obra en y a través de nosotros, que lleguemos a conocerlos y amarlos bien.
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