derrumbado interiormente

La escritura de hoy :

Cuando yo era adolescente, mi mamá pintó un mural en la pared de nuestra sala de estar, que hubo varios años. Era un antiguo templo griego en ruinas con columnas blancas en los costados, una fuente desmoronada y una estatua quebrada. Cuando miró la estructura helénica que anteriormente había sido tan bella, utilizó de imaginar qué la había destruido. Era curiosa, especialmente cuando comencé a estudiar sobre la tragedia de grandes civilizaciones que se habían deteriorado y derrumbado desde su interior.

La depravación y el desenfreno que vemos hoy a nuestro alrededor pueden ser perturbadores. Es natural intentar atribuirlo a personas y naciones que han rechazado a Dios, pero ¿no deberíamos también echar una mirada a nuestro interior? Las Escrituras nos advierten que somos hipócritas cuando llamamos a otros a dejar sus caminos pecaminosos, sin observar más profundamente nuestro corazón (Mateo 7:1-5).

El Salmo 32 nos desafia a ver nuestro pecado y confesarlo. Solo cuando el pecado reconocemos y confesamos nuestro propio podemos experimentar la libertad de la culpabilidad y el gozo del arrepentimiento verdadero (vv. 1-5). Y al regocijarnos en saber del perdón completo de Dios, podemos compartirles esa esperanza a otros que están luchando con el pecado.

De: Cindy Hess Kasper

Reflexiona y ora

¿Cuál es el primer paso para identificar el pecado en tu vida? ¿Por qué es vital que lo confiesa a Dios?
Padre Dios, ayúdame a examinar primero mi corazón.

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