Sanidad para todo el mundo

La escritura de hoy:

Escondido en un remoto desfiladero del oeste de Eslovenia, un centro médico secreto (Hospital Franja Partisan) albergaba a un numeroso personal que atendió a miles de soldados heridos durante la Segunda Guerra Mundial; todo a escondidas de los nazis. Aunque evitar que ubicaran el lugar es en sí una hazaña, más notorio es que el hospital (fundado y dirigido por un movimiento de resistencia esloveno) atendía a los soldados de los ejércitos aliados así como a los del Eje. Se recibía a todos.

La Escritura nos llama a ayudar a que todo el mundo se sane espiritualmente. Esto significa que debemos tener compasión por todos, sin importar sus opiniones ni ideología. Cada persona merece el amor y la bondad de Dios. Pablo insiste: «el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que […] uno murió por todos» (2 Corintios 5:14). Todos estamos enfermos de pecado y necesitamos desesperadamente la sanidad del perdón de Dios. Él se extendió a todos para sanarnos.

Luego, de forma sorprendente, Dios nos confió «la palabra de la reconciliación» (v. 19), invitándonos a atender a todos los heridos y quebrantados (como nosotros). Participamos de la obra de sanidad donde los enfermos se curan mediante la unión con Él. Esta reconciliación es para todos los que quieran recibirla.

De:  Winn Collier

Reflexiona y ora

¿A quiénes piensas que Dios no sanará (o no debería sanar)? ¿En qué situación te llama Él a ser conciliador y sanar algo?
Dios, ayúdame a ser parte de tu sanidad a otros.

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