Todos necesitan un mentor

La escritura de hoy :

Mientras entraba en la oficina de mi nuevo supervisor, me sentía recelosa y vulnerable. Mi antiguo supervisor nos había tratado con dureza y desdén, lo que nos dejaba a menudo llorando. Ahora me preguntaba: ¿Cómo sería mi nuevo jefe? En cuanto entré, mis temores se disiparon al recibirme él con calidez y pedirme que le contara de mí y mis frustraciones. Me escuchó atentamente, y por su expresión amable y palabras agradables, supe que realmente le importaba. Era creyente en Cristo, y se convirtió en mi mentor, incentivador y amigo.

El apóstol Pablo fue mentor espiritual de Tito, su «verdadero hijo en la fe común» (Tito 1: 4). En la carta que le escribió, le dio instrucciones útiles para su función en la iglesia. No solo le enseñó, sino que fue ejemplo de cómo «[hablar] lo que está de acuerdo con la sana doctrina» (2: 1), «ser ejemplo de buenas obras» y «[mostrar] integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable »(vv. 7-8). Como resultado, Tito se convirtió en su compañero, hermano y colaborador (2 Corintios 2:13; 8:23)… y mentor para otros.

Muchos nos hemos beneficiado con mentores —maestros, abuelos, líderes o pastores— que nos guiaron con su conocimiento, sabiduría y fe en Dios. ¿Quién podría beneficiarse con tus lecciones de tu andar con Cristo?

De: Alyson Kieda

Reflexiona y ora

Padre, muéstrame a alguien que necesite hoy que lo anime.
¿Quién ha sido un mentor espiritual para ti? ¿De quién ha sido mentor? ¿Y a quién podrías discipular?

0 Comentarios

Añadir Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *