Alabad al Señor, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia (v. 1). Un integrante de nuestro grupo de estudio bíblico sugirió: «¡Escribamos nuestros propios salmos!». Al principio, algunos protestaron, diciendo que no eran buenos para escribir, pero después de un poco de estímulo, todos escribimos una conmovedora poesía en la que relatábamos cómo […]