El saco rosa

La escritura de hoy :

Brenda iba caminando hacia la salida del centro de compras cuando un destello rosa en una vidriera la atrajo. Se detuvo y quedó sin habla ante un «colorido saco acolchado rosa». ¡A Julia le va a encantar! Su amiga y compañera de trabajo, y madre soltera, había tenido problemas financieros, y aunque Brenda sabía que Julia necesitaba un saco abrigado, estaba segura de que ella nunca gastaría dinero en comprarse algo así. Después de vacilar un poco, Brenda sonrió, tomó su billetera e hizo enviar el saco a la casa de Julia con una tarjeta anónima: «Con mucho amor». Y luego salió casi bailando hasta su auto.

La alegría es un resultado de la acción de dar motivada por Dios. Pablo instruyó a los corintios en el arte de la generosidad, diciendo: «Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre» (2 Corintios 9:7). Y también resaltó: «el que siembra generosamente, generosamente también segará» (v. 6).

A veces, ponemos efectivo como ofrenda en la iglesia. Otras veces, donamos en línea a un ministerio digno. Y hay momentos en que Dios nos guía a suplir con expresiones tangibles de su amor la necesidad de un amigo. Podemos dar bolsas de alimentos, un tanque de combustible… o incluso un saco rosa.

De:  Elise Morgan

Reflexiona y ora

¿A quién podrías mostrarle el amor de Dios hoy? ¿Cómo puede tu generosidad provocarte alegría como retribución por lo que diste?

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