¿Hasta cuándo, Señor? ¿Me olvidarás para siempre? […] Mas yo en tu misericordia he confiado… (vv. 1, 5). La primera vez que lo vi, lloré. Parecía un bebito perfecto, dormido en su cuna. Sin embargo, sabíamos que jamás despertaría, hasta hacerlo en los brazos de Jesús. Se aferró a la vida varios meses. Luego, su […]