Reconciliar las relaciones

La escritura de hoy :

Cuando éramos más jóvenes, mi hermana y yo discutíamos con frecuencia, pero recuerdo en especial una ocasión. Después de gritarnos cosas hirientes, ella dijo algo que, en ese momento, me pareció imperdonable. Mientras la situación empeoraba, mi abuela nos recordó que debíamos amarnos la una a la otra: «Dios les dio una hermana en la vida. Tienen que mostrarse mutuamente un poco de gracia». Cuando le pedimos a Dios que nos llenara de amor y comprensión, Él nos ayudó a reconocer cómo nos habíamos herido y a perdonarnos.

Puede ser tan fácil guardar rencor y amargura, pero Dios desea que experimentemos la paz que solo puede venir de Él cuando le pedimos que nos ayude a soltar el resentimiento (Efesios 4:31). En vez de anidar esos sentimientos, podemos mirar el ejemplo de perdón de Cristo que brota del amor y la gracia, esforzándonos para ser «benignos unos con otros» y «[perdonándonos] unos a otros, como Dios también [nos] perdonó a [nosotros] en Cristo» (v. 32). Cuando nos es difícil perdonar, consideremos la gracia que Él nos extiende cada día. No importa cuánto fallemos; su compasión nunca falla (Lamentaciones 3:22). El Señor puede ayudarnos a quitar la amargura de nuestro corazón, para que seamos libres de permanecer esperanzados y receptivos a su amor.

De:  Kimya Loder

Reflexiona y ora

Padre, ayúdame a tener un espíritu de amor y perdón.
¿Cuándo te lastimó alguien? ¿Qué aprendiste de esa situación?

0 Comentarios

Añadir Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *