La escritura de hoy :
Pocos días antes de Semana Santa, cuando los cristianos recuerdan el sacrificio de Jesús y celebran su resurrección, un terrorista irrumpió en un supermercado en el sudoeste de Francia, abrió fuego y mató a dos personas. Después de negociar, liberó a todos los rehenes menos a una, a la que convirtió en un escudo humano. Sabiendo del peligro, el oficial de policía Arnaud Beltrame hizo lo impensable: se ofreció para ocupar el lugar de la mujer. El criminal la liberó, pero en el altercado, Beltrame fue herido y más tarde murió.
Un pastor que lo conocía atribuyó su heroísmo a su fe en Jesús, citando Juan 15:13: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos». Esto les dijo Jesús a sus discípulos después de su última cena juntos. Y agregó: «Que os améis unos a otros, como yo os he amado» (v. 12), ya que el mayor amor es poner la vida por otra persona (v. 13). Al día siguiente, Jesús hizo exactamente eso: murió en la cruz para salvarnos de nuestros pecados… como nadie más podía hacerlo.
Quizá nunca tengamos que imitar el heroísmo de Beltrame, pero podemos servir a otros de forma sacrificada, dejando nuestros planes y deseos para compartir la historia del gran amor de Dios.
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